lunes, 5 de noviembre de 2018

Las verdades a ritmo de murga



Mendoza desnuda su compleja realidad, con  humor e ironía al ritmo de la murga estilo uruguayo.

 En los últimos años, se ha visto en la provincia un incremento importante de diferentes expresiones culturales como parte del proceso de globalización que vivimos: el  hip hop, las batucadas, los cosplayers entre otras manifestaciones. Una de las más destacadas, y con impronta Latinoaméricana, sin dudas, es la murga de estilo uruguayo, que año tras  año  va ganando muchos adeptos. Una prueba de esto se observa con cada encuentro anual de murgas Uruguayas en el anfiteatro Gabriela Mistral, al que se suman mínimo cuatro murgas nuevas por edición.

Aunque el fenómeno cultural surgió frente al Río de la Plata del lado uruguayo. Se puede encontrar sus huellas con las migraciones masivas en el siglo XIX, mezcla de coplas llevadas por españolas hasta el país oriental, que e se funden con la herencia africana del candombe y el lunfardo tan propio de la región. Todo esa herencia eso dio origen a este hermoso y combativo estilo musical, que desde los tiempos de su creación sirvió para demandar, reclamar y criticar de manera sarcástica y humorística la realidad que le rodea.

En  Mendoza este movimiento musical y cultural comenzó a cobrar más relevancia  durante el año 2000, periodo que coincide con la crisis económica que vivía el país, de ese entonces hizo sus primeras apariciones con las murgas La buena moza y La mascarada y no paro más. En ese contexto producto de la crisis es que también surgieron movimientos sociales en todo el país (movimiento piquetero, barrios de pie, etc), que se manifestaron frente a las problemáticas de la coyuntura. La murga como expresión popular fue espejo de todos estos reclamos sociales, mostrando así su ADN ligado a la justicia social y al canto de protesta; que hacen de manera lúcida y  frontal para hablar sin pelos en la lengua acerca de la realidad.

"Hoy por hoy la provincia cuenta con más de 20 elencos estables de murgas estilo uruguayo y parece que la cosa va en aumento, ya que alguno de estos elencos se están involucrando con el trabajo social en los barrios populares. “Un ejemplo de  ello es la murga La Caciqueña, surgida del club Pedro Molina de Guaymallen, donde se dictan talleres de murga y percusión para los chicos del barrio", afirma Luis Acuña, integrante de otra murga local llamada Pan casero.

 Y en esta época actual donde la industria cultural impone modas y ritmos cargados de hedonismo extremo y vacío político la murga de estilo uruguayo se planta contra eso,  como bocanada de aire fresco ante lo viciado de la nueva escena musical cargada de una lógica exclusivamente mercantil, y se anima a más interpelando a la sociedad, blanqueando temas que el evidente blindaje mediático le concede al poder de turno. Un rol contra hegemónico que desempeña alegremente, siempre acompañado  de humor y la utopía de una sociedad más justa.


No hay comentarios:

Publicar un comentario